20 abr 2010

Despedida a Jack.

Me caigo en tu cara como excremento de pájaro a transeúnte distraído,
El colon de tu heladera está impregnado con óxido de metileno.
Lúgubres melodías suenan pero no detiene tu voraz depravación.
Estoy a tu merced en cualquier forma inmortal.
Mis piernas se desligaron para poder facilitar tu labor de dudosa moral.
Quizás tiñendo de un bordeaux tu mesa puedas perdonar la pecaminosa forma en la que me encontraba antes de conocernos. Pero no.
Está fuera de tu alcance.
El saber que ya no soy limpia tus manos llenas de mi.
Estoy de nuevo, como tantas veces desnuda frente a un hombre que desconozco pero el peligro ya no existe y mi vela se apagó, la cubrió un manto metálico que terminó con mis angustias.
En este momento veo poco probable que en un par de décadas hablen de nosotros dos.

No hay comentarios.: