12 may 2014

Sobre el fin del amor, el universo y otros problemas (Parte III)

Después de una hora y media de besarnos, paramos y nos sentamos; se nos estaban deshidratando los labios.
Estábamos en un sillón y A dijo “Esto es lo más cercano a poder leer la mente del otro que existe”, yo asentí y le sugerí lo siguiente: “Deberíamos empezar a crear monstruos invisibles para poder tener “miedo”; Miedo al abandono, miedo a la iluminación, miedo al abuso, miedo a la separación, miedo a no superar las expectativas. Hay demasiadas cosas para hacer, demasiadas formas de arruinar todo. No podemos”.



A me miró y empezó a “llorar” desconsoladamente. Lágrimas brotaban de sus ojos sin parar y nada podía hacer que se calme.

-          No, No, NO, NO, te dije que pares. Basta. Andate, ya.
-          Es mi casa
-          No me importa, andate.
-          No me voy a ir de mi propia casa.
-          Andate igual.
-          No.
-          Basta, no te quiero ver acá, en este lugar, salí, déjame sola, basta.
-          Bueno.
Le dejé un juego de llaves por si la casa se incendiaba y me fui a contemplar las fuentes de agua sin ningún pensamiento específico en la mente. Entendía todo. Sabía por qué estaba enojada; ella estaba siguiendo el protocolo a la perfección, pero yo no estaba muy seguro de qué era lo que tenía que hacer ahora.
Esperé un par de horas, algo así como seis, y volví a casa con un “ramo de flores” y unos “chocolates”.

-          Hola
-          ¿Qué querés?
-          Te traje estas cosas
-          Bueno. ¿Ahora te podés ir?
-          Vos entendés que esto no tiene sentido, ¿no? Entiendo que sigamos intentando hacer que esto funcione, pero hay una diferencia entre hacer un experimento y echar de su propia casa a alguien.
-          Está bien, podés pasar. Pero vamos a dormir en habitaciones diferentes.
-          No necesito dormir ahora.
-          Yo tampoco.
-          ¿Podemos comer los chocolates? Te los traje pero quiero probarlos.
-          Está bien. Las flores son “lindas”.
Se hizo muy tarde mientras comíamos los chocolates y nuestro cerebro se empezó a confundir; todo giraba mucho. Ninguno de los dos se podía o quería quedar dormido.
A preguntó:
-          ¿Qué es querer?
-          Tener el deseo, la voluntad o la intención de hacer, poseer o lograr algo
-          ¿Qué es amar?
-          Sentir amor por alguien o algo.
-          ¿Qué es amor?
-          Sentimiento de vivo afecto e inclinación hacia una persona o cosa a la que se le desea todo lo bueno. O Sentimiento de intensa atracción emocional y sexual hacia una persona con la que se desea compartir una vida en común.
-          Me gusta la parte de que “se le desea todo lo bueno”, ¿está implicando que a lo que no amamos no le deseamos todo lo bueno? ¿O que amamos a todos los que les deseamos algo bueno?
-          No sé A, es tarde, no puedo pensar con claridad.
-          Sos un pelotudo.
-          Basta de maltratarme
A me da un beso y yo cierro los ojos. Se sintió como si fuese la primera vez que dormía. Y estaba dormido.

Pasan unos minutos y me despierta demasiado rápido como para poder sentirme “bien”.
-          No puedo dormir, no quiero estar sola, quédate despierto conmigo.
-          Voy a hacer un esfuerzo, no puedo prometerte nada.
Mis movimientos son torpes, no sé cuándo fue la última vez que me sentí descansado. O cansado, de todas formas, ya hasta perdí las ganas de ponerle comillas a todo lo que no entiendo por completo o no creo real. Procrastinar es una forma de vida poco sustentable.
Decidimos levantarnos de la cama, dirigirnos a la cocina y preparar unas tostadas con café, ya estaba amaneciendo.
Al parecer ésta fue nuestra primera noche juntos y no se sintió mal. Durante todo el día me pregunté si realmente funcionaba así. No hay forma de que estemos tan cansados de que no queramos hacer nada. O sí, se nos cierran los ojos. Y nada tiene sentido.
Ups, se apagó la luz.

Cuando me levanté, los brazos de A recorrían mi cuerpo, era un abrazo bastante premeditado, casi espontáneo.
A se levantó, aún sosteniéndose de mi torso y preguntó:
-          ¿Qué es amor?
-          Anoche te respondí esa pregunta, pero vamos a intentar con otra definición: una vez leí que amor era que vos me pidas una torta de frutillas a las 3 de la mañana, cuando ya no hay ninguna confitería abierta y que yo salga a buscar la torta. Cuando vuelvo, cansado, con la torta, vos me decís que no la querés. ¿Te convence esa respuesta?
-          Un poco más que la anterior. ¿Vamos a seguir durmiendo?
-          Todo el tiempo que sea necesario.
-          ¿Está mal?
-          Creo que no.
-          ¿Qué es el mal?
-          A, no es por querer interponerme en tu búsqueda por la verdad, pero no creo estar lo suficientemente capacitado para responder todas tus inquietudes.
-          Entiendo.
-          ¿Vas a enojarte?
-          No, esta situación no lo amerita. Estás siendo sincero.
-          Es verdad.

En este momento me quedé dormido. A se fue de la casa sin dejar una nota aunque sea.

No hay comentarios.: