31 mar 2021

Olor

 Ayer fui a lo de un amigo y su perro ciego me empezó a olfatear.

Al principio me olfateó un poco y sentí como se daba cuenta de lo que había comido, de cómo era mi oficina y de qué trabajaba, de mi edad y mi transpiración.

Después de un rato me di cuenta de que seguía oliéndome, y ya sabía cómo me llamaba, la dirección de mi casa, mi tipo de sangre, mi número de DNI y mi cumpleaños.

Me empecé a asustar, le dije a mi amigo que me iba. Pero ya era demasiado tarde.

Su perro ciego había olido mi ansiedad, mis miedos más grandes, mi paranoia, mi crisis existencial, sabía mis vergüenzas más profundas, hasta la vez que me cagué encima en el jardín de infantes.

Ya aterrado me quise ir de ahí. Pero no podía. Estaba parado adentro del hocico del perro.

No hay comentarios.: